Tengo (cómo casi todo el mundo) días buenos y malos, días tranquilos y complicados, días felices y tristes, pero el de hoy fue un día en el cuál se conjugaron todos los factores: día malo, complicado, triste y para rematarla (cómo si fuera la frutilla del postre) todos, pero todos, absolutamente todos los estúpidos que andan sueltos por los lugares que suelo frecuentar (sin distinción de sexo), me los tuve que cruzar.
Me sentí como un gran imán humano que captaba toda la idiotez que anda dando vueltas.
Por momentos también me sentí estúpida.
Así fué que al llegar a casa, busqué consuelo en las cosas que me hacen bien (al menos en las que uno tiene a mano todos los días!) y más relajada me río de este día impresentable y transcribo unas líneas de Paul Tabori:
Algunos nacen estúpidos, otros alcanzan el estado de estupidez, y hay individuos a quienes la estupidez se les adhiere. Pero la mayoría son estúpidos no por influencia de sus antepasados o de sus contemporáneos. Es el resultado de un duro esfuerzo personal. Hacen el papel del tonto. En realidad, algunos sobresalen y hacen el tonto cabal y perfecto. Naturalmente, son los últimos en saberlo, y uno se resiste a ponerlos sobre aviso, pues la ignorancia de la estupidez equivale a la bienaventuranza.
Y cuando empezamos a creer que una ligera dosis de estupidez no es cosa tan temible, nos damos cuenta que, en el trascurso de la historia humana, la estupidez ha aparecido siempre en dosis abundantes y mortales. Una ligera proporción de estupidez es tan improbable como un ligero embarazo.
Más aún, las consecuencias de la estupidez no sólo son cómicas sino también trágicas. Son reideras, pero ahí concluye su utilidad. En realidad, sus consecuencias negativas a todos influyen, y no sólo a quienes la padecen. El mismo factor que antaño ha determinado persecuciones y guerras, puede ser la causa de la catástrofe definitiva en el futuro.
Pero encaremos el problema con optimismo. Acabando con la raza humana, la estupidez acabaría también con la propia estupidez. Y ése es un resultado que la sabiduría nunca supo alcanzar.
La estupidez es, en considerable proporción, el pecado de omisión, la perezosa y a menudo voluntaria negativa a utilizar lo que la Naturaleza nos ha dado, o la tendencia a utilizarlo erróneamente.
Debemos subrayar, aunque parezca una perogrullada, que conocimiento y sabiduría no son conceptos
idénticos, ni necesariamente coexistentes. Hay hombres estúpidos que poseen amplios conocimientos; en realidad, la extraordinaria abundancia de conocimientos a menudo disimula la estúpidez, mientras que la sabiduría de un individuo puede ser evidente a pesar de su ignorancia...
Más aún, las consecuencias de la estupidez no sólo son cómicas sino también trágicas. Son reideras, pero ahí concluye su utilidad. En realidad, sus consecuencias negativas a todos influyen, y no sólo a quienes la padecen. El mismo factor que antaño ha determinado persecuciones y guerras, puede ser la causa de la catástrofe definitiva en el futuro.
Pero encaremos el problema con optimismo. Acabando con la raza humana, la estupidez acabaría también con la propia estupidez. Y ése es un resultado que la sabiduría nunca supo alcanzar.
La estupidez es, en considerable proporción, el pecado de omisión, la perezosa y a menudo voluntaria negativa a utilizar lo que la Naturaleza nos ha dado, o la tendencia a utilizarlo erróneamente.
Debemos subrayar, aunque parezca una perogrullada, que conocimiento y sabiduría no son conceptos
idénticos, ni necesariamente coexistentes. Hay hombres estúpidos que poseen amplios conocimientos; en realidad, la extraordinaria abundancia de conocimientos a menudo disimula la estúpidez, mientras que la sabiduría de un individuo puede ser evidente a pesar de su ignorancia...
10 compartieron mi acidez...:
Vivi, es cierto que la estupidez nos afecta con las variables que describís, personalmente, siempre sufrí por aquellas personas que no parecían estúpidas, más bien cándidas e inocentes, que me llevaron a crerles. Pésima decisión, porque me llevaron a situaciones estúpidas...
Con afecto. Adal.
Quise decir:creerles.
Algunos entrenan para ser estupidos...y sin duda el entorno ayuda...
Yo tenia un amigo, piola pero estupido al cuadrado;x mucho tiempo no podiamos saber como hacia para superarse...hasta q conocimos a los padres...
Un abrazo VIVI!!!y fuerza, los buenos dias los fuerza uno!
Hay diferentes grados de estupidez. Sin embargo, en cualqier de sus gradientes es insopotable.
Saluditos.
cito a un tal Michel Eyquem de la Montaigne, que con gran puntería dijo lo siguiente:
“Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis”.
mi aporte.
saludos
Adal, esas personas que parecen cándidas y terminan haciendonos sentir estúpidos son para mí las más complicadas de descifrar. Uno se esfuerza por ayudarlos pero como vos bien decís, terminas tomando pésimas decisiones. Gracias Adal por tu afecto y tus palabras.
Eros, sos un divino pibe! Si los buenos días uno los fuerza, pero uno contra todos se hace difícil :(
Xaj, es real en un punto es intolerable. Gracias por tu comentario!
agregator, es cierto lo que citas, por eso le agregaria que esos son estúpidos y necios.
Totalmente de acuerdo. Hay gente academicamente neofita, pero con una sabiduria de vida q dan ganas de adoptarlos para uno y no dejarlos mas.
Y hay otros q hay ido a universidad, congresos, profesionales de la hostia q dan ganas de matarlos por lo estupidos y necios.
De momento va mi voto a Nobel Prize que es desde donde te llego.
El sentido del humor aunque parezca estúpido, solo se lo parece a los que son verdaderamente estúpidos. A los que les gusta el sentido del humor suelen ser normalmente inteligentes porque se reconocen a si mismo que son estúpidos, son tan inteligentes, que no necesitan que nadie les diga que son estúpidos...La pena es que estamos muy lejos, pero estoy seguro que nos reiríamos mucho el uno del otro...enhorabuena por tu página...un abrazo desde la vieja españa de azpeitia
Ire, es así, tal cuál, como diría el Gaucho: Hay que agarrar el lanzallamas! :P
Azpeitia, Gracias por tu voto y por tu paso por esta mi morada (tal vez la única verdaderamente mía). La distancia no quita la risa ni la comunicación, Hombre! Un abrazo para vos!
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