Desde hace más de diez días estoy como en un sopor: No aguanto más los correos que me hablan del amor!
Ganáte una luna de miel, Te regalo un mini spa, Anotáte con tu pareja, Vení ya a festejar.
Maldito día marketinero el catorce de febrero
Levanto mi vista al cielo y con un grito suplico: -Si a vos Cupido te agarro no abrís nunca más el pico!
Una nube tapa el sol y el cielo se oscurece: de pronto ante mis ojos EsCupido que aparece.
Pendejito ángel desnudo con flecha y arco en la mano y todos los presentes se quedan hipnotizados.
Yo no lo puedo creer -Qué tenes en esa flecha? -No se te ocurra acercarte porque te arranco las mechas.
EsCupido, EsCupido, no paran de gritar, mientras el bobo se ríe yo lo quiero agarrar.
Maldito día marketinero el catorce de febrero
Sé que muchos pensarán que yo hablo por despecho, no se equivoquen señores a mí mucho mal me ha hecho.
Cada vez que esa flecha este enano disparó, no sólo no le acertó, sino que le erró fiero, y esta bruja con el sombrero malabares debió hacer para poder entender que le vió a ese galán que al poco tiempo resultó no ser más que un charlatán.
EsCupido te lo advierto si querés seguir flechando una orden va marchando para ver al oculista, hasta que no tengás anteojos no me incluyas en tu lista!
Estoy escuchando a Sabina y tomando una copa de champagne, ¿me acompañas?...
Quería contarte que te vi, yo iba en el 15 a trabajar, no era un buen día, llegaba tarde, hacía dos meses que estaba ahí, y entre refunfuños y molesta por el tráfico que avanzaba a paso de hombre, levanté la vista y te vi. Estabas en el Corsa, mirabas un edificio de oficinas en esa esquina, esos segundos me parecieron eternos, el corazón me latió hasta la taquicardia. No lo podía creer, que hacías ahí, después de un año y medio sin saber de vos, a escasas cuadras de mi nuevo trabajo... Pensé en bajarme, pero ese maldito (hoy tal vez bendito) segundo de cordura me detuvo.
La dualidad que reina en mí me permitió cumplir con mi trabajo y mantener mi cabeza enmarañada todo el bendito día, quería llegar a casa para contarle a mi vieja que te había visto, que estaba segura, que eras vos...
A las dos semanas pusieron un cartel en ese edificio, y oh causalidad! era la empresa dónde habías trabajado los últimos años.
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida...
Gordito, yo nunca supe que un mes después te ibas a morir, nunca imaginé que alguien, algo, el destino, Dios, Buda, Mahoma, o el Chapulín Colorado me estaba dando esa posibilidad de verte por última vez… Tan cerca y tan lejos.
Vos sabes que hubiera querido ser yo quien hablara con tu mamá, pero no pude, por eso le pedí a mi hermano que la llame, porque sin saberlo lo presentí, porque sin saberlo lo soñé, porque esa maldita-bendita conexión que siempre nos unió me lo hizo presentir. Tardé dos años en encontrarte, pero acá estoy, incondicional, como siempre.
Decime algo, cómo carajos te fuiste a morir una mañana soleada de domingo?, y encima un día del niño? No, Negro, así no, así no vale. Me dijiste una vez que te gustaría morirte en mis brazos, desnudo, después de haber hecho el amor…
Gordito, hoy es 03 de Enero del 2009 y me llevó dos horas y tres colectivos llegar hasta acá, yo ya vi este paredón en un sueño que tuve hace unos meses, decime porque no me esperaste? Sabés? Hubiese preferido encontrarte casado de nuevo y con cinco críos que debajo de este horroroso pasto prolijamente cuidado y esta placa de mármol que tiene tu nombre y la fecha en que naciste y moriste, ni una cruz, ni un q.e.p.d., ni una flor…
Gordito, no sé si voy a volver, esto es como una película con un mal final, nunca voy a volver a ser la misma persona, nunca…
Te amo,
Tu Negra
Quiero agradecer a todos los que me escribieron vía mail para saber porque mi blog estaba sin acceso. A todos los que me contuvieron en este momento y respetaron mi silencio.
Este es el final sin retorno de “La Botella de Champagne”, una historia real, mi historia de amor, con final infeliz.
Luis falleció el 13/08/06, lo vi desde el colectivo en Julio del 2006 cuál si hubiera sido una señal, tenía 45 años, era sano, se levantó una mañana de domingo y sin poder decir ni Buendía cayó muerto al piso…
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida...